sábado, 27 de marzo de 2010

Pachacàmac

A la llegada de los españoles Pachacàmac era un gran centro cultista, a donde acudían los naturales de la costa, aún desde lugares distantes, como Tacamaez en la costa del Ecuador, que cita el Cronista Miguel de Estete (1533), en peregrinación y portando ofrendas de “oro y plata y ropa de trescientas leguas y más”. Francisco Pizarro, al tener en Cajamarca “gran noticia de este templo y de la mucha riqueza que en el estaba, envío al capitán Hernando Pizarro, que “procurò” con diligencia llegar a Pachacàmac” (Cieza 1533).
Hernando, con 20 españoles, realizó el trayecto de Huamachuco a Pachacàmac en 20 jornadas, arribando a fines de enero o comienzos de febrero de 1533. Luego de ocupar “unos aposentos grandes que están en una parte del dicho pueblo (Estete), los españoles se dirigían a la cima del templo del sol, en compañía de una comitiva de nativos, convenciendo a los guardianes simbólicos del templo de su misión y burlando los preceptos que otrora obligaba a los privilegiados que escalaban el templo a ayunar por 20 días, tan solo para “entrar al primer patio de la mezquita”; para alcanzar el “patio de arriba” se requería de un año y aquí donde imploraban “al dios que les de maíz y buenos temporales”, eran recibidos por el “obispo cubierta la cabeza y sentado” (H. Pizarro).
Llegados a la cima del templo “pasando muchas puertas hasta llegar a la cumbre de la mezquita; cual era cercada de seis a cuatro cercas ciegas a manera de caracol” (Estete), los españoles mandaron a abrir la puerta ornamentada de una cámara sacra pequeña, sede con propiedad del ídolo-oráculo . En lugar de apetitosos objetos áureos, los españoles encontraron en esta cámara oscura y sin ventana, “que no podían entrar a ella sin candela”, un ambiente en donde reinaba el mal olor, por descomposición de los cuerpos de animales y personas sacrificadas, y en el centro de la cámara un ídolo de madera emplazada a manera de estaca con figuras talladas. No obstante que los naturales clamaban que “aquel es Pachacàmac, el cual los sanaba de toda enfermedad” (Estete 1533), Pizarro ordenó destrozarlo públicamente. Como corolario, no se produjo la venganza de Pachacàmac por los nativos esperado como castigo a los actos de sacrilegio...
La historia de Pachacàmac como centro cultista costeño de primer orden con su divinidad-oráculo, hunde sus raíces en tiempos anteriores al incario...el nombre original de la divinidad, y por ende del sitio donde se le veneraba, anterior al quechua “Pachacàmac”, era Irma (Tello 1923), Izma o Irma (Kauffmamm Doig 1964) o Iychmay conforme lo sostiene A. Bueno. Al respecto del cronista F. De Santillán (1562) trasmite que, a Topa Inga la guaca le reveló “que su nombre era Pachacàmac”, y que de allì en adelante “se le mudó el nombre de dicho valle de Irma y le quedó Pachacàmac”...
Sobre el período Inca, de Pachacàmac, hay información en diversas crónicas de los siglos XVI y XVII. Por ellas sabemos que los cuzqueños decidieron conservar el viejo culto a la divinidad Irma o Izma (o Pachacàmac), pero implantado a su lado también el culto al Sol. Para tal efecto levantaron, después de 1450, un templo especial en honor y un Acllahuasi...
Las ruinas de Pachacàmac , a 120 metros sobre el nivel del mar a la margen derecha del río Lurìn , no lejos del mar, en medio de un paisaje desértico, del cual apenas destacan por cuanto el material de construcción fue fundamentalmente de barro...
Los cronistas coinciden que el vocablo proviene de las voces pacha mundo, y camay crear, significando por lo tanto “Creador del Universo”.

Pedro P. Soto Canales
Profesor de Historia del Perù
Universidad Católica Sedes Sapientiae

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