sábado, 27 de marzo de 2010

Miguel Grau : entre el grado y el "Huàscar"

Una encuesta publicada en el diario El Comercio el 28 de julio del año 2002, refería que un 66 por ciento de los encuestados, reconocían a la historia como la principal razón de sentirse orgulloso de ser peruano. Pero además, a la pregunta ¿Qué personaje de la historia te hubiera gustado ser?, el 31 por ciento de los encuestados propusieron en primer lugar a Miguel Grau. Ignoramos muchos, que el “Caballero de los mares”, reconocido últimamente también como el “peruano del milenio”, pasó a la inmortalidad durante el Combate de Angamos, con el grado de oficial que no le correspondía a su investidura. Pues como lo propone Julio Villanueva Sotomayor y al cual me remito. En el momento de morir gloriosamente, el comandante del monitor Huascar tenía el grado de contralmirante; grado que había sido propuesto por los diputados de nuestro Congreso en sesión del 1 de agosto de 1879 y al cual fue ascendido por ley, el 27 de agosto en agradecimiento a sus grandes hazañas realizadas en los meses anteriores. Pero el 31 de dicho mes y al desembarcar en Arica, Grau al enterarse de su ascenso decidió no usar las insignias correspondientes al de contralmirante porque hacerlo significaba alejarse del comando del monitor, cosa que le disgustaba. Para él, los mejores servicios a la patria los realizaba desde el Huascar, el cual era parte de su vida, desde el año de 1868 cuando el gobierno le entregó por primera vez el comando del monitor. Y, por eso, con el uniforme de comandante pasó al lugar de los héroes.

Este hecho sería confirmado once años después del glorioso combate por Pedro Gàrezon; quien durante la guerra con Chile ostentaría el grado de teniente primero y después de haber servido en nuestra desaparecida fragata Independencia, pasó a formar parte de la tripulación del Huàscar. Personaje clave y sobreviviente del combate de Angamos, pues aparte de ser el oficial encargado de derrota y señales, fue el quinto en asumir el mando del monitor, izando personalmente nuestra bandera al ser cortada la driza por un proyectil chileno, finalmente dio la orden de abrir las válvulas para hundir la nave, orden que como sabemos no llegó a cumplirse en su totalidad.

Pasado los años de la guerra y durante la primera presidencia del general Cáceres, Gàrezon comenzó su nueva labor como Cónsul de nuestro país en varios países europeos.

El año de 1890 fue de mucha importancia para nuestro país, los restos de Miguel Grau, que se encontraban enterrados en Santiago de Chile, fueron repatriados al Perú, fue entonces y estando en Burdeos (Suroeste de Francia) que Gàrezon escribió un memorandum a la revista Perú Ilustrado, por ocasión de lo sucedido; en ella describe a la persona de Miguel Grau durante el combate de Angamos de la siguiente manera:“ Al entrar en combate, el Contralmirante vestía pantalón azul sin galón, levita de paño castro del mismo color, con tres botones en las bocamangas; llevaba prendidas las insignias de capitán de navío , calada la gorra con placa y calzaba botines de cuero elásticos. El Contralmirante no llegó a usar a bordo el uniforme de su clase ni arboló su insignia de Contralmirante”.

Grau por lo tanto llegaba a cumplir aquello que se había propuesto, morir junto a su arma de guerra, el Huascar. Objetivo que siempre estuvo en la mente de tan brillante marino y como también lo confirma la historiografía peruana, al referirse que en cierta ocasión, en el Club Nacional y durante el brindis, Grau llamaba la atención de todos los concurrentes con las siguientes palabras: “si el Huascar no regresa triunfante al Callao, tampoco yo regresaré”.




Pedro P. Soto Canales
Profesor de Historia del Perù
Universidad Católica Sedes Sapientiae

El "Oncenio" de Augusto B. Leguia

Para el año de 1919 se dan las elecciones presidenciales, siendo los candidatos más ovacionados, José Pardo y Augusto B. Leguía. Al realizarse las elecciones se dio un fraude a favor de Leguía, ante dicha situación el Congreso de la República estudió la posibilidad de anular las elecciones y elegir al presidente.

Para ello Leguía da un golpe de Estado el 4 de julio de 1919, apoyado por el coronel Gerardo Álvarez, entre las principales acciones estuvieron: se toma preso a José Pardo y es deportado a Europa, Leguía toma la presidencia en forma provisional, disuelve el Congreso de la República y forma un nuevo congreso llamado “La Asamblea Nacional”, la que a su vez lo elige presidente constitucional el 2 de octubre de 1919.

A este segundo gobierno de Leguía nosotros lo conocemos como el “Oncenio”, por el tiempo que corresponde a su presidencia (1919-1930). Pero Leguía lo denominó en su momento como el gobierno de la “Patria Nueva”, la cual se caracterizaba por ser una dictadura, inclusive formó su propio partido político denominado “Leguiísmo”.

En el plano político, se produce la penetración de capitales norteamericanos en forma de emprésitos creando una bonanza pasajera, se crea el banco de la Reserva, el Banco Central Hipotecario, se crea el estanco del alcohol, naipes y fósforos.

Las obras públicas, tuvieron como punto de motivación la celebración del centenario de la independencia del Perú (1821-1921), para ello el gobierno modernizó la ciudad capital (Plaza San Martín, Palacio Arzobispal, la avenida progreso, hoy Venezuela y la Unión, hoy Argentina; etc.), como también recibió regalos y donaciones de diversos países (los alemanes obsequiaron la torre del reloj del parque universitario; los italianos el edificio para el Museo de Arte Italiano; los ingleses el antiguo estadio de madera; los japoneses el monumento a Manco Cápac en la Victoria; los chinos una fuente en el parque de la Reserva; los belgas un monumento al trabajo; los franceses una estatua a la libertad, los españoles un arco morisco, etc.

Aunque se dieron también obras fuera de la ciudad capital, fueron muy pocas, así tenemos las obras de irrigación en Cañete, Lambayeque y Arequipa. Hay que considerar de manera especial, la Ley de “Conscripción Vial” otorgada durante su gobierno, la cual tenía como objetivo la construcción de diversas carreteras en el país. Según dicha ley, todo ciudadano entre los 18 a 60 años, se encontraba obligado a trabajar entre 6 a 12 días al año en la construcción de carreteras, lamentablemente dicha ley terminó siendo basa de una gran explotación indígena.

Acciones negativas en el gobierno del Oncenio, se dieron en lo que concierne al aspecto internacional.

Se produce la solución del problema de la Brea y Pariñas, siendo este arreglo perjudicial para el Perú. La explotación del petróleo por parte de la London Pacific pasó a manos de la Internacional Petroleum Compay, mediante el Laudo de Paris (1924).

Se firma el Tratado Salomón - Lozano (1922), siendo de carácter de secreto, en donde el Perú entregó a Colombia 120,272 Km. Cuadrados (Trapecio Amazónico) y Colombia nos da el Triángulo de los Sucumbios, el cual pasa a poder de Ecuador en 1942.

Se firma además el Tratado Rada – Figueroa (1929), por el cual se pierde Arica de manera injustificada, ya que no se hizo el plebiscito y lo único que se logró fue recuperar Tacna, además Perú recibía por tal situación, seis millones de dólares por parte de Chile.

Durante el Oncenio también surge la preocupación por el campesino, es así como el gobierno y mediante la Constitución de 1920, reconoce a las “Comunidades campesinas” y presenta como tarea del Estado la protección de la raza indígena. Además cabe mencionar que en dicho período comienza a darse el movimiento cultural “Indigenista”, de manera especial en la UNMSM. específicamente en Artes, Literatura, Historia, pero de manera especial en Arqueología, personaje clave es el Dr. Julio Cesar Tello Rojas, quien había descubierto académicamente a la Cultura Chavín (1919), sustentando la teoría que la cultura nació y se desarrolló en nuestro territorio.

Para finalizar cabe mencionar, que además en el Oncenio aparecen los primeros Partidos Políticos de masas. El primero en aparecer fue el Partido Socialistas (1928), bajo la figura de José Carlos Mariategui; el cual estaba conformado por gente obrera y proletariado, el cual luchaba contra el capitalismo extranjero, que se hacia presente gracias al gobierno de Leguia, la principal obra del fundador de este partido es sus “Siete Ensayos de la Interpretación de la Realidad Peruana”. El segundo partido fue la Alianza Popular Revolucionaria Peruana – APRA, que aunque había nacido en 1924 en México, institucionalmente en el Perú se presenta en el año de 1930, su fundador fue el trujillano Haya de la Torre, partido que estaba compuesto por campesinos, obreros, intelectuales y clase media, la obra principal del fundador es “El Anti imperialismo y el APRA”.

Durante el Oncenio, las Constituciones formaron parte de la justificación del gobierno en turno, Leguía no solamente había disuelto el Congreso y formado otro, sino que también modificó la Constitución según sus intereses, la Constitución de 1920, ampliaba el periodo presidencial de 4 a 5 años. Y entre los años de 1929 y 1930, unido al Congreso estudiaba una cuarta reelección.

La caída del gobierno de Leguia se produjo como consecuencia de la crisis mundial debido a la caída de la bolsa de valores de Nueva Cork en 1929, produciéndose la quiebra de importantes transnacionales que obligaron a cerrar a los enclaves en Latinoamérica.

El 22 de agosto de 1930 se sublevó el comandante Luís M. Sánchez Cerro, mientras que en Lima Leguia era obligado a dejar el poder, ante una Junta Militar a cargo del general Manuel Ponce. Sánchez Cerro ya en Lima formó una nueva Junta Militar el 27 de agosto de 1930.
Pedro P. Soto Canales
Profesor de Historia del Perù
Universidad Catòlica Sedes Sapientiae

El Primer Militarismo en el Perù

Durante los primeros años de la independencia, la búsqueda de definir la forma de gobierno en el Perú, se basó en tres grandes posturas. Era conocida ya la posición del General San Martín, quien proponía la Monarquía Constitucional, mientras que Simón Bolívar proponía la Dictadura de corte vitalicia.

Ante estas posturas se abría paso una nueva ideología, que tenía como ejemplo a la revolución francesa; aquella de tendencia liberal, que afirmaba que el Perú se encontraba ya listo para adoptar el modelo Republicano.

Es por esto que podemos decir que El Perú fue fundado bajo la base de la razón y de los ideales de justicia e igualdad sociales, pues sus seguidores (especialmente, José Faustino Sánchez Carrión y Francisco Javier de Luna Pizarro) dieron al país una Constitución de tipo republicano, la cual legitimizaba la existencia de un presidente, y de un Congreso bicameral, ambas instituciones elegidos y reconocidos por las masas; junto a ello la existencia de un conjunto de garantías sociales individuales (deberes y derechos).

Lamentablemente en los primeros años de nuestra República, no se dieron los cambios que se esperaban, especialmente en la unificación e integración social; perduraban aún las formas de dominio colonial, aún no se podía hablar de un país compuesto por ciudadanos criollos, indios, mestizos, etc. que pudieran dirigir la política y economía del Perú.

El Perú se encontraba así, en las manos de la “Oligarquía”, una minoría que no podía inclusive consolidar el poder, pues su preocupación como grupo seguía siendo conservar sus privilegios heredados. Las consecuencias fueron desastrosas para nuestros primeros años como república, pues existía una indiferencia frente a los problemas políticos, económicos y sociales; la unidad nacional se convirtió en una utopía, que no podía resolver la existencia de varias culturas existentes. Punto de origen para una nueva forma de dirigir la política del Perú, a la cual se la denominó la posición Conservadora.

Lamentablemente la presencia de ambas posturas políticas e ideológicas, acabaron haciendo que el Perú se convirtiera en un escenario de lucha entre grupos políticos, que al no encontrar una solución inmediata, hicieron partícipes también de dichas contiendas a los militares (caudillismo), quienes al final ostentaron el poder, apoyados por los anteriores. Es así que el Perú nace como: un Estado empírico, apoyado por un gran abismo social, tal como refiere el historiador Basadre, a diferencia de nuestro país vecino Chile.

Desde el año 1784, la base territorial del Virreinato del Perú comprendía ocho “intendencias”, que a su vez se dividían en varios “partidos”; las intendencias habían sido creadas a razón de suprimir los Corregimientos. Estas eran la de Trujillo, Lima, Tarma, Huancavelica, Huamanga, Arequipa, Cuzco y Puno.

Pero seis meses antes de proclamarse la Independencia del Perú, primero, mediante el reglamento provisorio del 12 de febrero de 1821 dado en Huaura y posteriormente mediante decreto del 26 de abril de 1822 -ambos propuestos por el general San Martín- las antiguas intendencias españolas pasaron a ser departamentos y los partidos en provincias, las cuales quedarían confirmadas totalmente mediante la Constitución de 1823.

Mediante reglamento provisional del 12 de febrero de 1821. La Libertad , tomando como base la intendencia de Trujillo, la Comandancia General de Maynas y Jaén. Comprendía diez provincias. Ayacucho, teniendo como base las intendencias de Huamanga y Huancavelica. Debía su nombre a la batalla de Ayacucho , comprendía nueve provincias. Junín, tomando como base la Intendencia de Tarma, su nombre era en homenaje a la batalla de Junín y, tenía ocho provincias.

Mediante decreto supremo del 4 de Agosto de 1821. Lima, teniendo como base la intendencia de Lima, teniendo ocho provincias y,

Mediante Reglamento de elecciones del 26 de abril de 1822. Cuzco, tomando como base la intendencia del Cuzco y comprendía once provincias. Arequipa, teniendo como base la intendencia de Arequipa, tenía siete provincias y por último, Puno, tomando como base la intendencia de Puno, comprendía 5 provincias.

Lamentablemente aquel territorio que heredamos del sistema colonial y que había sido confirmado mediante el principio del Uti Possidettis, iba a ser desmembrado a partir del año de 1851 hasta 1929. Esto se produjo lamentablemente: por la política expansionista de algunos países vecinos (infiltración); La no existencia de un plan de crear resguardos de áreas vivas en las fronteras, por parte de los gobiernos peruanos; la ineficiencia diplomática en la negociación, redacción y firma de los tratados internacionales, entre otras causas.

¿Cómo se beneficiaron nuestros países vecinos, en el aspecto territorial?, a continuación presentamos un cuadro general comparativo postulando las principales ideas al respecto:

En Conclusión: actualmente el territorio peruano comprende 1’285,216 kilómetros cuadrados, al iniciarse como república, nuestro país abarcaba aproximadamente 2’176,216 kilómetros cuadrados. Esto nos sugiere que durante toda nuestra vida republicana hasta nuestros días hemos perdido 891,000 kilómetros cuadrados, lo que equivale al 40,49% del área inicial.

La denominación “Militarismo” fue acuñada por el historiador tacneño Jorge Basadre, y por medio del cual quiso hacer referencia a tres momentos o etapas importantes de nuestra historia republicana, aquellos momentos en donde el control del Estado se encontraba en mano de los militares.

Como he mencionado anteriormente, a la falta de una sólida clase política capaz de asumir el control del Estado en los primeros años de nuestra República, la única salida era la presencia de los militares en el poder (Primer Militarismo), pues según el comentario de José Carlos Mariategui, eran los únicos que podían garantizar un régimen mediante las “armas” y porque gozaban de prestigio por sus “Glorias” en los conflictos bélicos por la independencia

El Caudillismo no fue un fenómeno único en el Perú, sino que se dio en toda Latinoamérica durante el siglo XIX, así por ejemplo en México se daba un Caudillismo rural, en Venezuela y Argentina fue un caudillismo pampeano y en Bolivia fue de tipo campesino, el caudillismo peruano fue siempre militar (1821-1872), desde el Gral. San Martín hasta el Crl. José Balta.

Entre las principales características del primer militarismo en el Perú, tenemos: la falta de respeto a la Constitución, buscando prevalecer sus ambiciones de poder y sus ideas, e inclusive, se redactaron varias cartas magnas para legitimizar el poder del jefe militar en turno . A continuación presentó las principales características de la Constituciones correspondientes al período 1823-1867, junto a los estatutos y reglamentos provisorios que aparecieron.

Otra característica del primer militarismo son las grandes revueltas y golpes de Estado, que se daban entre los propios militares, apoyados por los sectores liberales y conservadores, cabe mencionar por ejemplo el gobierno de Agustín Gamarra (1829-1833) que tuvo que hacerle frente a 17 golpes o conspiraciones de estado.

Por otra parte los militares seguían llevando los ideales de los libertadores, esto significa gobernantes pro-san martinianos o pro-bolivarianos, en estos último podemos mencionar al militar Andrés de Santa Cruz, quien durante su gobierno (1836-1839) procedió a organizar la Confederación peruano-boliviana.

Algunos estudiosos prefieren mejor referirse al primer militarismo de otra manera, así vemos que clasifican a los caudillos como letrados por la calidad de su formación (Gamarra, Orbegoso y San Cruz), otros por su interés en la cultura (Vidal y Castilla), o por sus cualidades o refinamientos personales (Salaverry, Vivanco, Echenique).

Si se refiere a las afinidades políticas que revelan su conducta en el gobierno tenemos: personalistas (Salaverry, Torrico), autoritarios (Gamarra y Vivanco), Liberales (La Mar, Orbegoso y Vidal) Conservadores (Echenique) y por su prácticismo (Castilla).

En conclusión: El Primer Militarismo, no aportó mucho al ideal del Perú republicano, ya que también ingresó a un período de instabilidad política, causado por los propios intereses personales de los caudillos, quienes antes de fortalecer la política del Estado e integrar a la sociedad, no hicieron otra cosa que mantener a las clases sociales fuera del control político, pues…

“mientras en el Perú no apareció un grupo civil que gobernará hasta 1870. Entre 1831 y 1879 Chile tuvo seis presidentes constitucionales. En el Perú, en el mismo período hubo hasta veinte gobernantes. En Chile se realizó un proceso de afianzamiento institucional y de estabilidad gubernativa que lo condujo a la unidad; la situación en el Perú no era la misma.”

Grave daño que no podremos evitar al llegar el año 1872, en que surge el primer gobierno constitucional (civil), que a falta de experiencia política será a su vez la puerta de entrada a un conflicto que duraría 5 años.
Pedro P. Soto Canales
Profesor de Historia del Perù
Universidad Catòlica Sedes Sapientiae

La Reciprocidad y la Redistribución en el Tahuantinsuyo

Antes de la llegada de los europeos, las sociedades andinas estuvieron estructuradas bajo una organización económica en donde se encontraba ausente el sistema monetario, en este sentido toda actividad laboral se centraba en lo que llamamos Reciprocidad y Redistribución.
Con la palabra reciprocidad hacemos referencia a la ayuda mutua que se daba entre individuos, ya sea a nivel de ayllus, comunidades o de éstos a favor del Estado (gobernantes). La etnografía dirá que es “el intercambio de bienes en sociedades sin economías monetarias”;algunos historiadores la definirán como “el intercambio de regalos o, la obligación de dar, recibir y devolver”; pero lo verdadero es que la reciprocidad en las sociedades prehispánicas se manifestó a través de tres niveles de interacción , lo que nosotros hemos estudiado en nuestra educación secundaria como “Formas de trabajo”: Ayni, Minka y Mita; las dos primeras aún subsisten en las comunidades campesinas
El Ayni, era el intercambio recíproco de la fuerza de trabajo entre los miembros de una familia o ayllu, es decir entre parientes. En donde el beneficiado estaba obligado en otra oportunidad a trabajar por los demás miembros. Especialmente se realizaba en las tareas agrícolas o en la construcción de casas, es conocido también como “reciprocidad simétrica”.
La Minka -que en quechua podría traducirse como “ayuda reciproca”- era la prestación de trabajo que realizaban todos los individuos de las familias o ayllus, para realizar tareas de interés colectivo. En pocas palabras era el “Trabajo comunal”, en donde quien no trabajaba era castigado o desterrado de la comunidad, mediante este sistema se realizaba la construcción de caminos, puentes, la limpieza de las acequias, etc. en un ambiente de fiesta en donde se bailaba y se tomaba chicha mientras se trabajaba, todo dirigido por el curaca, es conocido también como reciprocidad asimétrica.
Por último la Mita, que en quechua significa “Turno”, era el trabajo por turnos y obligatorio en que participaban todos los ayllus de las comunidades y en beneficio del Estado (gobernantes, sacerdotes y nobles) el cual controlaba el trabajo, las mujeres no participaban, solamente los hombres entre los 18 a 50 años de edad los cuales eran denominados “Mitanis” o “mitayos” ,el trabajo duraba entre 10 a 12 horas diarias y se realizaba también en un ambiente de festividad. La mita se daba tanto en la ganadería, en obras públicas (construcciones que hasta hoy perduran y son nuestro patrimonio nacional); artesanal y en especial la mita minera, la cual fue retomada por los españoles siendo el sistema de trabajo en donde se diezmó una gran cantidad de la población indígena durante la colonia.
¿Qué sucedía con el excedente de la mita que obtenía el Estado o las capas gobernantes?, pues se realizaba la redistribución esto es, “se reasignaba los productos y bienes obtenidos como tributos... entre los pueblos, grupos y sectores de la población”. Era pues la devolución de una parte de lo obtenido lo cual no era siempre igualitario, pues con este sistema se buscaba premiar a aquellas comunidades(curacas y pueblos propiamente) que habían trabajado bien y producido más, inclusive otorgándoles más tierras. La redistribución fue respetada en el mundo andino pues el Zapainca (Inca) y toda la burocracia estatal eran reconocidos como las principales autoridades y dueños de todo lo existente, especialmente de los medios de producción.

Pedro P. Soto Canales
Profesor de Historia del Perù
Universidad Católica Sedes Sapientiae

Pachacàmac

A la llegada de los españoles Pachacàmac era un gran centro cultista, a donde acudían los naturales de la costa, aún desde lugares distantes, como Tacamaez en la costa del Ecuador, que cita el Cronista Miguel de Estete (1533), en peregrinación y portando ofrendas de “oro y plata y ropa de trescientas leguas y más”. Francisco Pizarro, al tener en Cajamarca “gran noticia de este templo y de la mucha riqueza que en el estaba, envío al capitán Hernando Pizarro, que “procurò” con diligencia llegar a Pachacàmac” (Cieza 1533).
Hernando, con 20 españoles, realizó el trayecto de Huamachuco a Pachacàmac en 20 jornadas, arribando a fines de enero o comienzos de febrero de 1533. Luego de ocupar “unos aposentos grandes que están en una parte del dicho pueblo (Estete), los españoles se dirigían a la cima del templo del sol, en compañía de una comitiva de nativos, convenciendo a los guardianes simbólicos del templo de su misión y burlando los preceptos que otrora obligaba a los privilegiados que escalaban el templo a ayunar por 20 días, tan solo para “entrar al primer patio de la mezquita”; para alcanzar el “patio de arriba” se requería de un año y aquí donde imploraban “al dios que les de maíz y buenos temporales”, eran recibidos por el “obispo cubierta la cabeza y sentado” (H. Pizarro).
Llegados a la cima del templo “pasando muchas puertas hasta llegar a la cumbre de la mezquita; cual era cercada de seis a cuatro cercas ciegas a manera de caracol” (Estete), los españoles mandaron a abrir la puerta ornamentada de una cámara sacra pequeña, sede con propiedad del ídolo-oráculo . En lugar de apetitosos objetos áureos, los españoles encontraron en esta cámara oscura y sin ventana, “que no podían entrar a ella sin candela”, un ambiente en donde reinaba el mal olor, por descomposición de los cuerpos de animales y personas sacrificadas, y en el centro de la cámara un ídolo de madera emplazada a manera de estaca con figuras talladas. No obstante que los naturales clamaban que “aquel es Pachacàmac, el cual los sanaba de toda enfermedad” (Estete 1533), Pizarro ordenó destrozarlo públicamente. Como corolario, no se produjo la venganza de Pachacàmac por los nativos esperado como castigo a los actos de sacrilegio...
La historia de Pachacàmac como centro cultista costeño de primer orden con su divinidad-oráculo, hunde sus raíces en tiempos anteriores al incario...el nombre original de la divinidad, y por ende del sitio donde se le veneraba, anterior al quechua “Pachacàmac”, era Irma (Tello 1923), Izma o Irma (Kauffmamm Doig 1964) o Iychmay conforme lo sostiene A. Bueno. Al respecto del cronista F. De Santillán (1562) trasmite que, a Topa Inga la guaca le reveló “que su nombre era Pachacàmac”, y que de allì en adelante “se le mudó el nombre de dicho valle de Irma y le quedó Pachacàmac”...
Sobre el período Inca, de Pachacàmac, hay información en diversas crónicas de los siglos XVI y XVII. Por ellas sabemos que los cuzqueños decidieron conservar el viejo culto a la divinidad Irma o Izma (o Pachacàmac), pero implantado a su lado también el culto al Sol. Para tal efecto levantaron, después de 1450, un templo especial en honor y un Acllahuasi...
Las ruinas de Pachacàmac , a 120 metros sobre el nivel del mar a la margen derecha del río Lurìn , no lejos del mar, en medio de un paisaje desértico, del cual apenas destacan por cuanto el material de construcción fue fundamentalmente de barro...
Los cronistas coinciden que el vocablo proviene de las voces pacha mundo, y camay crear, significando por lo tanto “Creador del Universo”.

Pedro P. Soto Canales
Profesor de Historia del Perù
Universidad Católica Sedes Sapientiae